El directo televisivo consiste en la transmisión instantánea de imágenes y sonidos a distancia. Esta instantaneaidad, a su vez, conlleva una simultaneidad del proceso de producción, transmisión y recepción dado que estas instancias se yuxtaponen por las determinaciones técnicas. En términos históricos, la base técnica que funda el directo televisivo inaugura potencias culturales inéditas. La expansión del aquí y ahora, más allá de su restricción espacial, probablemente sea uno de los fenómenos más evidentes. Los acontecimientos económicos, políticos y sociales del estallido del 2001 tienen la particularidad de haber sido padecidos individualmente pero también contemplados globalmente a lo largo de la Nación. La cobertura de los medios a través del directo televisivo le permitió a la población asistir en vivo al devenir de los acontecimientos. Si la conciencia mediada por la técnica modifica su comportamiento por las determinaciones que hereda de ella, entonces podemos suponer que la simultaneidad del proceso, en la dimensión de su recepción, incidió en los hábitos individuales y, por ende, participó en alguna medida en el desarrollo de los hechos al inaugurar la posibilidad de una conciencia global inmediata.
REMAKE DE NEW BOOK
Dan Graham monta su instalación en una sala. Una de las paredes posee un monitor conectado a una cámara que transmite por circuito cerrado. La pared opuesta y una de las paredes laterales, están cubiertas por espejos. La imagen registrada por la cámara aparece con una demora de ocho segundos en el monitor de vídeo por efecto de un dispositivo de delay. Si el cuerpo del espectador no obstruye directamente la visión que la cámara tiene del espejo, entonces registra el reflejo de la habitación y, al mismo tiempo, la imagen emitida en el monitor (que muestra la imagen que se ha grabado ocho segundos antes de la emisión).
De la puesta en escena de Graham, nos interesa el circuito cerrado cámara-monitor prescindiendo del delay. También nos valdremos del recurso del espejo enfrentado. El desafío es retomar su procedimiento y trabajar el directo en un entorno de streaming.
La propuesta es retomar un tema de mi interés: el streaming en vivo de plataformas destinadas a la transmisión de performances sexuales. En el pasado lo he abordado en diversas obras aunque en ninguna de ellas he explorado las posibilidades del directo. Con ocasión de este ejercicio, nos proponemos dicha exploración. El objetivo es implementar los procedimientos de Graham valiéndonos de una webcam, el sistema de streaming de alguna web -Chaturbate, 4cam, etc.-, y, como mencionamos, un espejo. En nuestra versión actual, el espejo se colocará enfrentado al monitor. La webcam estará posicionada entre ellos, de cara al espejo. Lo registrado por la webcam se transmitirá en streaming y, en simultaneo, se grabará en el almacenamiento de la computadora [cuestión técnica a resolver]. La imagen resultante de la grabación, tendrá el frente de la webcam en el plano más próximo y detrás se alzará el monitor. En la pantalla del monitor estará el entorno de la plataforma web, con la imagen de la transmisión y el chat lateral que permite interactuar con los espectadores.
Este es el dispositivo de base. A partir de allí, se abren múltiples posibilidades. Una de ellas, consiste en cambiar la pestaña del navegador, pasar a otros performers y, de este modo, efectuar un montaje en vivo que, como indica el punto de partida, estará siendo transmitido en todo momento. También estamos evaluando incorporar algún desplazamiento de la webcam aunque resta evaluarlo detenidamente.
El atractivo de recorrer otras pestañas y de mostrar performers no radica en el componente sexual sino en la complejidad ética y en el atractivo estético de las decisiones performáticas y de puesta en escena que toma cada uno. Es interesante observar que estas webs organizan la visibilidad de los shows de acuerdo a la cantidad de visitas que cada uno está teniendo en vivo. Naturalmente, si uno se remite a las páginas que se muestran primero, encontrará contenido netamente sexual. En cambio, si a contramano de lo regular uno navega en las últimas páginas y recorre aquellas performances pobres en cantidad de visitas, se abre la posibilidad de asistir a shows en los que, por ejemplo, una mujer depresiva come pasta ante la cámara, una señora mayor cocina con sus pechos afuera o un adicto fuma crack mientras baila.
Se coloca un espejo en paralelo al monitor, aproximadamente a 60cm de distancia. En el medio, una webcam toma el espejo y encuadra el monitor reflejado.
Se registra la imagen tomada por la webcam y el sonido reproducido desde la computadora.
Vista de una sexcam con su performer ausente. A medida que se avanza por las sexcams, se puede regular el volumen de su sonido para trabajar la banda sonora por acumulación.
Recurso: Se puede desacoplar una sexcam para que permanezca en el monitor tal como la que vemos sobre el margen inferior izquierdo.
Se transmite desde un teléfono con la app IP Webcam y se reproduce su imagen en una de las pestañas del navegador. Esto permite que en algún momento el tránsito de pestaña a pestaña detenga la concentración en las sexcam para pasar a la transmisión del teléfono, que es utilizado como subjetiva del operador de la computadora en su recorrido desde el dormitorio hasta la cocina ida y vuelta.
VERSIÓN FINAL
Hubo un día en que los negativos familiares y mis propias fotografías se mezclaron en mi archivo con las imágenes encontradas. En la inercia de ese montaje, la demarcación de las categorías exhibió su sinsentido.
Encontrarse ante una fotografía ajena y, sin embargo, hablar de ella como si estuviera inscripta en la propia memoria, evocar su fuera de campo en primera persona, verse afectado por ello. Hay algo en esa experiencia que logra captar mejor el rasgo que no pude expresar al hablar de la imagen de los marineros espectrales en la que de algún modo mi padre estaba presente al tiempo que ausente. En esa profundidad en la que lo propio se vuelve ajeno y lo ajeno propio es donde encuentra su origen la constante expansiva de ese Alan que supo hallar una peculiaridad inefable en el gesto de recolectar fotografías deshechadas en la calle.
Es inminente ese tiempo
en que la calle y la lluvia
no participan ya
en el destino de ciertas imágenes
«“Autobiografía”, “autorreferencialidad” y “autorretrato” son términos que proceden en su raíz etimológica del griego “autos”, es decir, “sí-mismo”. De la alteridad como objeto audiovisual transitamos a un campo en el cual el Mismo, polifónicamente desdoblado, se presenta como otro. Este desdoblamiento enunciativo es acompañado por la reinvención de los mecanismos de puesta en escena y por la experimentación estética y formal de los aparatos y soportes audiovisuales. La autobiografía como escritura de la vida. El autorretrato como retrato/imagen (“dibujo”) del sí mismo como otro». (R. Schefer, "Vi-deo memoria...")
«Históricamente, el autorretrato y la autobiografía subvierten la concepción del arte como medio transparente de comunicación, trastocan el concepto de “mimesis” y rompen parodísticamente con las normas y convenciones literarias y artísticas establecidas» (R. Schefer, "Vi-deo memoria...")
«...en el autorretrato, al contrario, la exposición del “yo” se caracteriza por la discontinuidad y por la adopción de modelos narrativos fragmentarios, polifónicos y, muchas veces, aparentemente incoherentes» (R. Schefer, "Vi-deo memoria...")
La investigación sobre la memoria personal me dejó en un punto en el que lo propio se confunde con lo ajeno y el yo, que en el plano de la más pura inmediatez suele presentarse como una unidad autónoma, pierde ese magnetismo que pone al mundo en función de sí. La vía del repliegue personal me permitió comprender que mi interés no estaba en encontrarme sino en perderme. Aquí se fundó un segundo movimiento que me llevó a tomar cada vez más distancia de las imágenes de mi pasado. No obstante, el criterio no fue el propio distanciamiento sino la necesidad de dar con una cierta abstracción en la que, quien vivencie la obra, enfrente aquella confusión. Es el movimiento de repliegue lo que dio origen a la búsqueda de un dispositivo en el que se manifieste una experiencia de los límites del sí mismo. Tras algunos ensayos, tomé como objeto de estudio los procesos de subjetivación acontecidos en la red social Instagram o, más específicamente, las mutuas determinaciones libradas entre el algoritmo y el usuario. Contra la creencia de que son los criterios del usuario los que educan al algoritmo, la investigación buscó iluminar la “educación” que el algoritmo introduce en el sujeto.
El primer paso consistió en definir el soporte: serían los propios móviles de los espectadores lo que brindaría acceso a la obra. Al ser la técnica dominante en el vínculo sujeto-algoritmo, su mediación permitió incorporar a las operaciones de la obra las mismas disposiciones perceptivas, mentales y corporales del vínculo. Este acceso se daría mediante un código QR.
En segundo lugar, se buscó subvertir el componente de la autorreferencialidad configurando un punto de vista en el que se figuraron huellas de un sujeto analítico, con formas propias de la psicología experimental. Concretamente, el QR evocó en la pantalla una página web y allí se representaron fragmentos de un proyecto de investigación sobre el proceso de subjetivación: fotografías del escrito impreso, con elementos manuscritos que servían como rastros del autor y que daban cuenta de su participación en una instancia de corrección. A su vez, la voz del autor se presentó en conjunción con la imagen de una página del estudio. En la experiencia de la obra, el espectador encorvado sobre su teléfono, guiado por la voz que llegaba a él por medio de los auriculares (facilitados junto al QR), se vio en la obligación de adoptar una posición teórica. En ella se planteaban como objeto de estudio las determinaciones algorítmicas en el proceso de subjetivación, se describía el diseño experimental llevado a cabo y se comenzaban a esbozar algunos resultados. En su desarrollo, se definía un modelo de sujeto, esto es, una instancia teórica que, en el experimento, estaría en lugar del usuario y serviría para medir el influjo del algoritmo. A su vez, se anticipaban una serie de anexos del texto en los que se exhibiría, entre otros, "...la captura continua de un segmento del montaje efectuado por el algoritmo...". Esta captura daba cuenta del montaje de publicaciones resultante de la interacción entre el modelo de sujeto y el algoritmo. Como se anticipaba en el texto, en ella se vería evidenciado el contraste entre el contenido que respondía a las inclinaciones base del sujeto y aquel que resultaba de las propuestas del algoritmo. Hasta aquí, el punto de vista y el contenido teórico sirvieron para configurar una mirada critica que inmediatamente sería aplicada a la observación de dicha captura del montaje. La obra arribó finalmente a un recorte del flujo de imágenes que el algoritmo de Instagram elabora en la sección "Exploración". Solo que en este caso las imágenes no permitían interacción directa sino que eran el registro de una interacción realizada por otro. El acceso a estas imágenes estaba contaminado por el punto de vista analítico pero también por el punto de vista del modelo teórico de sujeto elaborado por el estudio. En este procedimiento doble radica el centro del dispositivo de la obra.
[Texto en proceso. Falta desarrollo y corrección. A completar en los próximos días.]
MI RELACIÓN CON EL CINE